sábado, 23 de febrero de 2019

Como debe comportarse un sumiso

Con frecuencia me contactan chicos que tienen fantasías de sumisión y que no tienen muy claro como quieren canalizarlas, que esperan de su amo, papi o dominante y que espera este de ellos, a ver si este post les ayuda.

Empiezo con un consejo a los amos: durante el contacto previo a la sesión, es tarea del amo currarse un perfil donde explique que le gusta hacer, o si no le tocará tener que contar la misma historia a cada sumiso individualmente. Es importante decir qué prácticas te gustan: si te gusta o no atar, dar azotes, insultar, escupir, si buscas una sesión necesariamente con sexo, necesariamente sin sexo, que tipo de sexo, .... No dar nada por sentado, el BDSM es muy diverso y cada amo somos un mundo, así que tienes que decir lo más claro posible qué te gusta y qué no te gusta. Aunque lo de duro o blando sea relativo, tienes que decir también si te gusta algo fuerte o algo más suave o si te adaptas a todo, sobre todo en cuanto a dolor, que será probablemente lo que al sumiso más dudas le genere, más aún si no tiene experiencia. Es importante que el sumiso sepa a que atenerse cuando te contacte o cuando tú le contactes, él va a ser el que se entregue y el que está en una posición vulnerable así que hay que facilitarle las cosas.

En cuanto a los sumisos, cuando contactes con un dominante piensa que antes de ti le han contactado decenas o tal vez cientos de chicos que no saben lo que quieren y le han estado mareando, así que intenta demostrar que no eres otro chico que anda perdido, que como mínimo te has leído su perfil y, aunque no tengas experiencia y estés lleno de dudas, sí tienes una mínima idea de lo que buscas. En mi experiencia personal, cuando un sumiso me pregunta qué me harías o en qué consiste la sesión, lo que me pide el cuerpo es mandarlo a paseo porque para algo me he currado un perfil que explica que hago y no hago en una sesión, así que la conversación no puede partir de cero; las preguntas deben ser más específicas: aclarar si te gusta o no te gusta tal cosa, si quieres jugar a un determinado rol, si tienes alguna fantasía en especial, si hay algo que te preocupa y que no quieres hacer ..... Pero pedir que te expliquen que es el BDSM o que te cuenten con pelos y señales como es una sesión, qué te hacen, como, cuando y en qué orden, no. La sesión debería construirse entre dos; si tú no aportas nada, que menos que fiarte del otro que sí lo tiene claro. Una cosa es pactar límites y establecer reglas del juego, y otra muy distinta pensar que el amo está ahí para satisfacer tu curiosidad morbosa y para contestar doscientas preguntas que lo único que demuestran es que no sabes lo que quieres y que le estás haciendo perder el tiempo.

Ya una vez en la sesión, el sumiso debe estar tranquilo, entregado y confiado y dejarse hacer; si no eres capaz de ceder el control porque eres desconfiado es que el BDSM no es lo tuyo y deberías quedarte en el sexo vainilla; por supuesto, si en algún momento el sumiso no se encuentra a gusto o no le apetece hacer alguna cosa debe decirlo con toda la naturalidad; lo ideal sería haberlo hablado antes de la sesión pero no somos perfectos. Conviene recordar que el BDSM no tiene nada que ver con una relación abusiva en la que solo cuenta el placer de uno. El amo disfruta desde su rol activo (no me refiero solo a penetración sino a todo) y el sumiso desde la entrega y la pasividad, pero en ningún caso el sumiso  debe creer que es una especie de muñeco que debe aguantar sin reaccionar lo que el amo quiera hacerle; con gemidos, movimientos, lenguaje corporal, etc. debe dar pistas al amo de si está disfrutando, si está cómodo, si está alcanzando su límite, si no puede más, o si por el contrario se le puede y debe dar más caña: azotar más fuerte, atar más apretado, pellizcar más fuerte el pezón, introducir un plug más grande o lo que consista el juego que se está haciendo en cada momento. Como todo en el sexo, es un juego de dos. Las reacciones del sumiso son muy estimulantes y una de las mayores fuentes de placer para el amo.

Naturalmente esta interacción debe llevarse a cabo dentro del respeto a los roles del juego. Alguna vez me he encontrado con sumisos pasivo-agresivos que buscaban un amo teledirigido que en cada momento les haga lo que les apetece, y a estos hay que recordales las normas básicas: cuenta el placer de los dos, no solo el de uno, y el rol del sumiso es entregarse y dejarse hacer. Una cosa es hacer ver que te están azotando muy fuerte o pedir en algún momento puntual que te besen o te muerdan, y otra muy distinta pasarte la sesión dando órdenes y diciendo ahora tócame aquí, ahora hazme esto y aquello. Ni un amo ni nadie debería ser tu dildo ni tu juguete.

Por último, después de la sesión se agradece el feedback; decir si algo te ha gustado en especial, si en algún momento te has sentido incómodo ... La crítica constructiva es bienvenida. Los amos podemos tener más o menos intuición pero no leemos la mente. Que una sesión BDSM funcione depende de la implicación de los dos.

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