Atar o azotar pueden ser fines en sí mismos o formas de dominar
Hay diferencias entre un dominante o sumiso y un amante del bondage o del spanking. Podríamos decir que lo primero suele abarcar lo segundo, pero lo segundo no suele abarcar lo primero. Los amantes de los juegos de dominación y sumisión tenemos un fetichismo más basado en lo psicológico: los roles, la humillación, el ritual, las posturas, etc. Mientras que los amantes de una práctica disfrutan con un placer más sensorial: al amante del bondage le gusta estar atado, la sensación de inmobilidad, y al del spanking sentir el azote en el culo.
Para los amantes de la dominación, el atar al sumiso o el azotarlo es una forma de expresar esta dominación y suelen, solemos, ser más versátiles y estar interesados en explorar diferentes prácticas, que para nosotros son un medio para lograr un fin, que es la sumisión de nuestro compañero, o el sentirnos dominados por él. Mientras que los amantes de una práctica son más rígidos, su interés está muy centrado en esa práctica; generalmente ni siquiera se definen como amantes del BDSM, y realizar su práctica, ser atados o azotados, es el fin en sí mismo.
Sex o no sex
Respecto a mezclar el juego fetichista con el sexo convencional e incluir sexo oral o anal o no en las sesiones, diría que no hay ninguna diferencia apreciable. Tanto entre quienes prefieren la D/s "generalista" como entre los especializados en una práctica concreta, hay quien le gusta mezclarlo con sexo y quien prefiere separarlo.
Tampoco veo diferencias respecto a la flexibilidad en cuanto al rol. Tanto entre los amantes de la D/s como los de prácticas concretas, se pueden encontrar muchos que tienen muy claro que prefieren el rol dominante o el rol sumiso, y también muchos otros que pueden cambiar de rol fácilmente.
Esto puede hacer a veces difícil el juego porque unos y otros tenemos intereses diferentes. Como ya he dicho, los amantes de la D/s somos más versátiles y flexibles y, si estamos ante un chico que solo le guste el bondage, podemos darle más protagonismo a esta práctica y reducir el spanking a un mínimo, o viceversa. Por lo tanto unos y otros nos podemos entender bien, siempre y cuando no caigamos en la generalidad extrema ni en lo contrario, la especialización extrema. Pero eso ya lo dejo para otro post.
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