viernes, 28 de octubre de 2022

Asexuales y postsexuales

Las fotos que ilustran este post tienen como fuente la cuenta de Twitter https://twitter.com/DomTon7 DomTon es un sudafricano amante del spanking y también de la flagelación de la espalda y otras partes del cuerpo con varas y otros instrumentos. En su cuenta se define como "postsexual". Me gusta mucho su cuenta, una de las mejores en mi opinión para los amantes de los castigos corporales, aunque juega a un nivel bastante fuerte y no apto para cualquiera; pero el caso es que suscitó mi interés esta definición de postsexual.

Postsexualidad y fetichismo

Se trata de un término que se utiliza poco; lo convencional es hablar de postsexualidad para referirse a personas de edad madura o que, por algún otro motivo, han pasado a una etapa en la que el sexo les interesa menos. Pero existe también otra definición, recogida en la Wikipedia, según la cual postsexualidad sería un concepto de la sexualidad diferente al tradicional, que estaría basado en una idea del filósofo Michel Foucault, según la cual la frontera entre lo que es y lo que no es sexual no está clara; me interesa mucho esta idea porque encaja a la perfección con la sexualidad fetichista. Podríamos decir, en resumen, que la postsexualidad consiste en considerar que la sexualidad va más allá de la genitalidad.

Por ejemplo, desde un punto de vista convencional, las partes del cuerpo que se consideran de interés sexual en nuestra cultura son los órganos genitales, las nalgas y los pechos de las mujeres. Pero esto no es algo universal; sabemos que hay culturas en las que las mujeres llevan los pezones al aire sin que eso se considere una falta de pudor, mientras en cambio en ciertos sectores del mundo islámico el pelo femenino se considera sexual. O, si observamos los pantalones de los uniformes de fútbol de hace más de 30 años, eran mucho más cortos y ceñidos que los actuales; hoy en día se considerarían muy sexualizados, porque se ha desarrollado una visión del cuerpo del hombre como posible objeto sexual que no existía antiguamente.

Esta relatividad acerca de que es o no sexual es precisamente lo que define a los fetichistas. Para ellos los pies pueden ser una parte del cuerpo altamente erógena. O la ropa de cuero, o un uniforme de policía, pueden tener una carga sexual que es invisible para otras personas. Estar atado no es algo sexual .... a menos que seas un amante del bondage, y entonces puede que tu vida sexual gire en torno a las cuerdas y la inmovilidad. 

Así que postsexual puede ser un término interesante para definir a personas con sexualidades centradas en prácticas  que no son sexuales para la mayoría; mejor probablemente que el término fetichista, que estrictamente hablando solo debería usarse con quienes sexualizan objetos. Mientras un amante del cuero es un fetichista, a un fan del spanking o del bondage sería más adecuado llamarlo postsexual.

Asexuales

Conozco a personas amantes del BDSM con muy poco interés en la sexualidad convencional, es decir, en la penetración. Yo mismo explicaba en un post mi no mucho entusiasmo por el sexo anal, que es el "auténtico" sexo según la cultura gay dominante. 

Probablemente los amantes de prácticas fetichistas, o postsexuales, podemos parecer asexuales para los vainilla, los que tienen una sexualidad convencional basada en la penetración. Nos interesan poco las fotopollas, los planos detalle de anos dilatados, y en general la pornografía de penetración. 

De hecho no sería raro que un chico con una sexualidad fetichista se considerara en su adolescencia asexual, ante su falta de interés por la genitalidad. Hasta un día en que ese chico aparentemente asexual descubre un sitio web de spanking, de bondage o de cuero, y resulta que eso le produce una erección gigantesca; si te excita pensar en estar inmovilizado, en ser azotado, o en ser humillado, entonces no eres asexual, aunque a lo mejor el ser penetrado no te diga gran cosa.

  

Asexualidad y comunidad LGTB

Al parecer la última incorporación al llamado colectivo LGTBIQ, concepto del que soy cada vez más escéptico, son precisamente los asexuales. La corrección política actual pretende además que existen personas asexuales gays y lesbianas. Si no lo entendéis, bienvenidos al club. Si en una relación íntima con otra persona solo buscas afecto, besos y abrazos con cero genitalidad y cero fetichismo, ¿qué más te da que sea con un hombre o con una mujer? En fin.
 
La cuestión es que ahora ya no solo pretenden denominar asexual a cualquier hombre gay que no tenga una sexualidad centrada en la penetración anal y en los roles activo-pasivo, sino simplemente a quien vincule sexualidad con afectividad y tenga poco interés por encuentros sexuales ocasionales con desconocidos. Se han inventado la etiqueta de demisexuales, que estarían englobados dentro de los asexuales, para señalar y estigmatizar la "rareza" de los gays no promiscuos. 

En mi opinión, toda esta pretendida posmodernidad LGTBIQA+ esconde, bajo su purpurina, unos conceptos muy rancios de la sexualidad. En una relación gay tiene que haber un rol de hombre (activo) y un rol de mujer (pasivo), si no eres el típico hombre machote o la típica mujer damisela muy femenina es porque eres trans o no binario, y ahora también si no eres un gay estereotipo que vive permanentemente cachondo y pensando en follar eres asexual.
 
Yo tengo muy claro que los amantes del BDSM y de otras prácticas fetichistas o postsexuales que tienen poco o ningún interés en la genitalidad no son asexuales. De hecho muchos tienen una pulsión sexual muy fuerte, lo que ocurre es que no está centrada en la penetración sino en otras prácticas.
 
Visto lo visto, no tengo interés en que el BDSM sean las siguientes siglas que se sumen al alfabeto LGTBIQA. No creo que una visibilidad basada en la búsqueda de la extravagancia, que es lo que parece interesar ahora a los que manejan el cotarro en estos colectivos, sea lo que necesiten estas prácticas. 


miércoles, 12 de octubre de 2022

Cachorros y amos

 


El otro día me encontré de casualidad con un blog con este curioso nombre: https://cachorrosyamos.wordpress.com/

Evidentemente me llamó la atención. Aclaro en primer lugar que no tiene nada que ver conmigo ni con mi blog. Se trata de la primera novela de una escritora amateur peruana que utiliza el nombre Elena Blocker y es una historia gay.

Tal vez a algunos les sorprenda que una mujer escriba historias gays con contenido erótico; como soy lector de BDSM gay desde hace mucho tiempo, ya sabía que esto ocurre con relativa frecuencia, en parte porque a muchos mujeres les interesan las historias de hombres gays y en parte porque la corrección política actual dificulta muchísimo escribir una historia de BDSM hetero, o simplemente una historia hetero en la cual los personajes actúen de una forma que se salga de ciertos márgenes. Aplaudo la sinceridad de no utilizar un pseudónimo masculino, que sería más comercial.

Elena escribe muy bien; su historia es morbosa aunque no trata realmente de BDSM sino de un chapero explotado por su novio-chulo. Se preocupa por el desarrollo de los personajes; no es la lectura adecuada para quien busque pornografía para excitarse pero es un trabajo que se ofrece gratuitamente y que no tiene menos calidad que otros publicados en digital o en papel. Ante el parecido en el nombre con mi blog, no quería dejar de comentarlo.