viernes, 1 de marzo de 2024

Nuevo podcast: el hetero que se acostaba con tíos

Por si os interesa, comento que he iniciado un nuevo podcast sobre cuestiones relativas al mundo gay que quedaban un poco fuera de lugar en este blog y en mi podcast Amos y cachorros.

Lo he llamado "El hetero que se acostaba con tíos", que fue una broma que me hizo un ligue hace años, decirme que yo no era gay sino un hetero que se acostaba con tíos, porque no conocía a muchas divas gays ni sabía que el Eixample era el barrio gay de Barcelona, y que me hizo gracia. Me pareció que podía ser un nombre simpático para un podcast de crítica y de cuestionamiento de los clichés que rodean el mundo gay, y también de crítica a la cultura woke, que no creo que nos esté ayudando ni liberando sino más bien lo contrario. 

No descarto actualizar esporádicamente el podcast Amos y cachorros, pero si os interesa seguir escuchándome podéis hacerlo aquí:

https://www.ivoox.com/podcast-hetero-se-acostaba-tios_sq_f12381270_1.html 


lunes, 29 de mayo de 2023

Erotismo inocente (o no): bondage en videoclips

 


Hacía tiempo que no encontraba nada nuevo que comentar en el blog, pero este videoclip reciente de Venturi, un grupo madrileño de rock indie, me ha llamado la atención. Sugiero que lo veais para poneros en contexto de lo que voy a hablar. Me parece un buen ejemplo para explicar lo que es el fetichismo. 

La canción se llama El fantasma de la fiesta y en el videoclip dicho fantasma se materializa en una especie de vaquero chulo que persigue y somete a los miembros del grupo:

 

La mayoría de espectadores probablemente no encontrarán un contenido erótico en este vídeo. Pero un fetichista amante de la dominación, y no digamos del bondage, sí va a encontrar en él una atmósfera impregnada de cierta sensualidad BDSM, aunque evidentemente es un material para todos los públicos y no hay ninguna imagen sexualmente explícita.

Vídeos de este tipo, de erotismo aparentemente involuntario e inocente, pueden servir como test de detección de fetichistas.

De hecho, quienes tenemos una sexualidad fuertemente fetichista no lo hemos descubierto viendo porno. Mucho antes de tener acceso a la pornografía, en la adolescencia, o incluso en la infancia, a partir de situaciones de la vida cotidiana, como puede ser ver vídeos musicales o un programa de la tele, nos hemos encontrado con escenas o situaciones que nos han despertado el morbo de una manera que resultaba difícil explicar a los demás. Mientras otros chavales gays descubrían su sexualidad a partir de un anuncio de calzoncillos o viendo a jugadores de fútbol, a algunos nos pasaba viendo a hombres o a chicos atados, golpeados, humillados o sometidos de alguna manera.

Sí, somos lo que se llama vulgarmente pervertidos; encontramos un componente sexual donde, según la sexualidad hegemónica, no lo hay o no debería haberlo. En eso consiste ser fetichista. 

Pongo otro ejemplo de videoclip en el que me encantó encontrar una escena en la que 3 de los componentes del grupo atan, amordazan y trasladan en volandas al cuarto. Se trata de Bien por ti, de Viva Suecia, un grupo bien conocido para quienes sigan el indie español.

 

Espero que si el algoritmo de Google acaba trayendo a este blog a gente fan del indie que busca información sobre sus grupos favoritos y no está interesada en BDSM, no se ofendan porque yo encuentre en estos vídeos un contenido erótico o sensual  que es muy posible que no esté para nada en la mente de los directores de los mismos ni mucho menos en la de los músicos.

En resumen, si te suele pasar que encuentras eróticas situaciones, imágenes, etc. que te resulta difícil compartir o explicar porque a los demás les parece una marcianada, o si por otra parte te suele ocurrir que cuando tus amigos o conocidos hablan de sexo y de las cosas que les ponen, tú tienes que fingir o que ocultar qué es lo que más te pone a ti, pues eso es tener una sexualidad fetichista.

viernes, 28 de octubre de 2022

Asexuales y postsexuales

Las fotos que ilustran este post tienen como fuente la cuenta de Twitter https://twitter.com/DomTon7 DomTon es un sudafricano amante del spanking y también de la flagelación de la espalda y otras partes del cuerpo con varas y otros instrumentos. En su cuenta se define como "postsexual". Me gusta mucho su cuenta, una de las mejores en mi opinión para los amantes de los castigos corporales, aunque juega a un nivel bastante fuerte y no apto para cualquiera; pero el caso es que suscitó mi interés esta definición de postsexual.

Postsexualidad y fetichismo

Se trata de un término que se utiliza poco; lo convencional es hablar de postsexualidad para referirse a personas de edad madura o que, por algún otro motivo, han pasado a una etapa en la que el sexo les interesa menos. Pero existe también otra definición, recogida en la Wikipedia, según la cual postsexualidad sería un concepto de la sexualidad diferente al tradicional, que estaría basado en una idea del filósofo Michel Foucault, según la cual la frontera entre lo que es y lo que no es sexual no está clara; me interesa mucho esta idea porque encaja a la perfección con la sexualidad fetichista. Podríamos decir, en resumen, que la postsexualidad consiste en considerar que la sexualidad va más allá de la genitalidad.

Por ejemplo, desde un punto de vista convencional, las partes del cuerpo que se consideran de interés sexual en nuestra cultura son los órganos genitales, las nalgas y los pechos de las mujeres. Pero esto no es algo universal; sabemos que hay culturas en las que las mujeres llevan los pezones al aire sin que eso se considere una falta de pudor, mientras en cambio en ciertos sectores del mundo islámico el pelo femenino se considera sexual. O, si observamos los pantalones de los uniformes de fútbol de hace más de 30 años, eran mucho más cortos y ceñidos que los actuales; hoy en día se considerarían muy sexualizados, porque se ha desarrollado una visión del cuerpo del hombre como posible objeto sexual que no existía antiguamente.

Esta relatividad acerca de que es o no sexual es precisamente lo que define a los fetichistas. Para ellos los pies pueden ser una parte del cuerpo altamente erógena. O la ropa de cuero, o un uniforme de policía, pueden tener una carga sexual que es invisible para otras personas. Estar atado no es algo sexual .... a menos que seas un amante del bondage, y entonces puede que tu vida sexual gire en torno a las cuerdas y la inmovilidad. 

Así que postsexual puede ser un término interesante para definir a personas con sexualidades centradas en prácticas  que no son sexuales para la mayoría; mejor probablemente que el término fetichista, que estrictamente hablando solo debería usarse con quienes sexualizan objetos. Mientras un amante del cuero es un fetichista, a un fan del spanking o del bondage sería más adecuado llamarlo postsexual.

Asexuales

Conozco a personas amantes del BDSM con muy poco interés en la sexualidad convencional, es decir, en la penetración. Yo mismo explicaba en un post mi no mucho entusiasmo por el sexo anal, que es el "auténtico" sexo según la cultura gay dominante. 

Probablemente los amantes de prácticas fetichistas, o postsexuales, podemos parecer asexuales para los vainilla, los que tienen una sexualidad convencional basada en la penetración. Nos interesan poco las fotopollas, los planos detalle de anos dilatados, y en general la pornografía de penetración. 

De hecho no sería raro que un chico con una sexualidad fetichista se considerara en su adolescencia asexual, ante su falta de interés por la genitalidad. Hasta un día en que ese chico aparentemente asexual descubre un sitio web de spanking, de bondage o de cuero, y resulta que eso le produce una erección gigantesca; si te excita pensar en estar inmovilizado, en ser azotado, o en ser humillado, entonces no eres asexual, aunque a lo mejor el ser penetrado no te diga gran cosa.

  

Asexualidad y comunidad LGTB

Al parecer la última incorporación al llamado colectivo LGTBIQ, concepto del que soy cada vez más escéptico, son precisamente los asexuales. La corrección política actual pretende además que existen personas asexuales gays y lesbianas. Si no lo entendéis, bienvenidos al club. Si en una relación íntima con otra persona solo buscas afecto, besos y abrazos con cero genitalidad y cero fetichismo, ¿qué más te da que sea con un hombre o con una mujer? En fin.
 
La cuestión es que ahora ya no solo pretenden denominar asexual a cualquier hombre gay que no tenga una sexualidad centrada en la penetración anal y en los roles activo-pasivo, sino simplemente a quien vincule sexualidad con afectividad y tenga poco interés por encuentros sexuales ocasionales con desconocidos. Se han inventado la etiqueta de demisexuales, que estarían englobados dentro de los asexuales, para señalar y estigmatizar la "rareza" de los gays no promiscuos. 

En mi opinión, toda esta pretendida posmodernidad LGTBIQA+ esconde, bajo su purpurina, unos conceptos muy rancios de la sexualidad. En una relación gay tiene que haber un rol de hombre (activo) y un rol de mujer (pasivo), si no eres el típico hombre machote o la típica mujer damisela muy femenina es porque eres trans o no binario, y ahora también si no eres un gay estereotipo que vive permanentemente cachondo y pensando en follar eres asexual.
 
Yo tengo muy claro que los amantes del BDSM y de otras prácticas fetichistas o postsexuales que tienen poco o ningún interés en la genitalidad no son asexuales. De hecho muchos tienen una pulsión sexual muy fuerte, lo que ocurre es que no está centrada en la penetración sino en otras prácticas.
 
Visto lo visto, no tengo interés en que el BDSM sean las siguientes siglas que se sumen al alfabeto LGTBIQA. No creo que una visibilidad basada en la búsqueda de la extravagancia, que es lo que parece interesar ahora a los que manejan el cotarro en estos colectivos, sea lo que necesiten estas prácticas. 


miércoles, 12 de octubre de 2022

Cachorros y amos

 


El otro día me encontré de casualidad con un blog con este curioso nombre: https://cachorrosyamos.wordpress.com/

Evidentemente me llamó la atención. Aclaro en primer lugar que no tiene nada que ver conmigo ni con mi blog. Se trata de la primera novela de una escritora amateur peruana que utiliza el nombre Elena Blocker y es una historia gay.

Tal vez a algunos les sorprenda que una mujer escriba historias gays con contenido erótico; como soy lector de BDSM gay desde hace mucho tiempo, ya sabía que esto ocurre con relativa frecuencia, en parte porque a muchos mujeres les interesan las historias de hombres gays y en parte porque la corrección política actual dificulta muchísimo escribir una historia de BDSM hetero, o simplemente una historia hetero en la cual los personajes actúen de una forma que se salga de ciertos márgenes. Aplaudo la sinceridad de no utilizar un pseudónimo masculino, que sería más comercial.

Elena escribe muy bien; su historia es morbosa aunque no trata realmente de BDSM sino de un chapero explotado por su novio-chulo. Se preocupa por el desarrollo de los personajes; no es la lectura adecuada para quien busque pornografía para excitarse pero es un trabajo que se ofrece gratuitamente y que no tiene menos calidad que otros publicados en digital o en papel. Ante el parecido en el nombre con mi blog, no quería dejar de comentarlo.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

Haters y wannabes

 Aunque la visión de buena parte de la sociedad sobre el BDSM y el fetichismo ha evolucionado en las últimas décadas, sigue habiendo mucho hater, mucha gente que piensa que estas prácticas no son "normales" y que los que nos gustan es porque tenemos alguna tara. No las ven desde el respeto sino desde el desprecio y/o desde el paternalismo. 

En paralelo veo un fenómeno nuevo y sorprendente, que es lo que podríamos llamar wannabes BDSM. Gente que no tiene experiencia, que no tiene claro en que consiste, pero que dicen tener un gran interés en convertirse en dominantes o en sumisos y que preguntan que tienen que hacer para ello.

Vamos a ver si estas dos posturas extremas ante el BDSM son opuestas o son caras de la misma moneda.

Argumentos contra los haters del BDSM

Si tuviera que dar un consejo de qué hacer cuando oímos sandeces como que los amantes del "sado" estamos locos, tenemos un problema, lo que hacemos no es "normal", no es "sano" o es incomprensible para una persona que sí se considera a sí misma "normal" y "sana", sería hacer oídos sordos y no entrar en debate porque es perder el tiempo. Por cierto, algunos de estos que dicen estas cosas son los que luego se dedican a abrirse perfiles de sumisos o de dominantes en apps para borrarlos al día siguiente, volver a crearlos pasados unos meses, etc.
 
Pero si alguno de quienes me leéis es cabezota (como soy yo a veces) y tenéis ganas de discutir, o si quien dice estas cosas es alguien a quien apreciáis y sí os parece que vale la pena intentar abrir su mente, os expongo algunos argumentos:
 
-  En primer lugar lo que están exponiendo contra el BDSM es exactamente lo mismo que los homófobos decían en el pasado, y en muchas partes del mundo siguen diciendo hoy en día, sobre la homosexualidad: que no es normal, que no es natural, que no es sano, que tienen un problema, etc. Los que se escandalizan de lo que dicen ciertos obispos o ciertos personajes sobre los gays, cuando luego ellos mismos dicen cosas muy parecidas sobre otros, deberían hacérselo mirar. Están escupiendo hacia arriba y les acabará cayendo encima.

- Estos haters del BDSM hablan desde el desconocimiento de lo que son realmente estas prácticas. Las confunden con las fantasías de los "activos dominantes" y los "pasivos sumisos" sobre relaciones machistas y tóxicas en las que solo cuenta el placer del "macho dominante" al que un "pasivo sumiso", o una "puta sumisa", como a ellos mismos les gusta llamarse, se ofrece incondicionalmente. Algunos, equivocadamente, creen que el BDSM consiste en eso; con cierta frecuencia me contacta gente con este tipo de fantasías, que no pocas veces rayan en lo patológico. En realidad estas personas ni siquiera son fetichistas, puesto que su concepto del sexo gira siempre en torno a la penetración, y por otra parte las prácticas BDSM tienen poco que ver con estos "activos dominantes" y "pasivos sumisos": son consensuadas, pactadas, y buscan el disfrute de las dos personas que juegan.

- Además la imagen que los haters tienen del BDSM está mediatizada por la prensa y las películas, que abordan estos temas de una forma sensacionalista en busca de lo extremo y lo que llama la atención para conseguir morbo y audiencia fácil. Una persona que viva el BDSM de manera equilibrada no es interesante para los medios; lo que buscan es lo más freaky y estrafalario. En el BDSM existe gente con patologías como en cualquier otro sitio, y esos son los únicos que van a tener visibilidad en los medios mainstream.
 
- Los que piensan que el BDSM no es "sano" deberían plantearse por qué en cambio no consideran insanas ni raras muchas conductas muy normalizadas en la cultura gay dominante: el chemsex, la adicción a las apps para buscar sexo, la adicción al poppers, el consumo de drogas en locales nocturnos, ciclarse para hinchar los músculos, el consumo de medicamentos cuyos efectos a largo plazo no están nada claros para poder mantener una promiscuidad frenética sin usar preservativo, etc., etc. Por supuesto los haters del BDSM dan por hecho que quienes lo practicamos hacemos todo eso, pero la realidad es bastante diferente. Naturalmente hay amantes del BDSM que incurren en algunas o varias de estas prácticas, pero por mi experiencia diría que el porcentaje no es mayor que entre los gays considerados "normales".

 
 ¿Por qué alguna gente que no es fetichista quiere serlo?

Disfruto mucho con mis fetiches, pero, francamente, la vida es más fácil si tienes una sexualidad convencional que encaje en los moldes activo-pasivo-versátil dominantes en el mundo gay; bueno, y si eres hetero la vida es todavía mucho más fácil (hablo del aspecto sexual-sentimental sin valorar otros aspectos, evidentemente). Así que este fenómeno de gente que quiere introducirse en el mundo BDSM sin tener muy claro en qué consiste me parece igual de incomprensible que los y las hetero que quieren hacerse bi para ser más cuquis.

Supongo que la experiencia BDSM es una más que mucha gente quiere tener hoy día, por curiosidad, por cansancio del sexo convencional o por envidia de la intensidad con la que los fetichistas vivimos nuestros fetiches. Eso por una parte está bien, pero el lado malo es que este interés general hacia el BDSM da también mucho juego a los haters, igual que los heteros que van de bis para hacerse los modernos, sin pretenderlo, están alimentando la homofobia. 
 
Lo que ocurre es que las personas que no tienen interés en probar una experiencia BDSM, que son mayoría y me parece muy lógico que sea así, sienten un mayor rechazo hacia esas prácticas cuando parece que se les quiere presionar para que las prueben o se viene a insinuar que no son modernos ni cool si no las prueban. Necesitan un motivo para justificar que no quieran probarlas, y entonces es cuando se crea el discurso hater. 
 
La ansiedad del mundo actual en querer tener experiencias de todo tipo y querer probarlo todo no siempre es algo bueno. A veces es preferible centrarse en lo que tienes claro que te gusta; asomar la patita en mundos que no conoces ni entiendes bien a veces es interesante, pero a veces la experiencia puede no ser lo que tú te pensabas y resulta que del interés desaforado al odio hay un paso muy corto. A veces el wannabe y el hater vienen a ser dos caras de la misma moneda.
 
Desde este blog mi intención nunca ha sido animar indiscriminadamente a todo el mundo a que pruebe el BDSM, ni mucho menos. Solo me dirijo a personas que tengan claro que tienen estas fantasías y que piensen que su sexualidad podría ir por ahí. Al resto no les pido que les interese el BDSM, ni siquiera que lo entiendan; solo que lo respeten desde la indiferencia.

Las ilustraciones son del estupendo artista italiano Nicola. https://twitter.com/arte_nicola


domingo, 24 de julio de 2022

Encuentro para fans del spanking en Madrid el 7 de agosto

 

El próximo 7 de agosto, víspera del 8 de agosto, el día del spanking (elegido porque los 8 recuerdan a las nalgas) tendrá lugar en Madrid un encuentro para amantes de los azotes organizado por Spank Chicos Malos, la única marca de vídeos especializada en temática BDSM gay en español de la que tengo noticia, en colaboración con la firma internacional Bottom Line Studio, también dedicada al spanking.

De acuerdo con la información facilitada por los organizadores, el encuentro contará con la presencia de Alex, la principal estrella de la casa, y con un show de spanking en vivo para animar a los participantes a hacer lo mismo que ven.

El encuentro tendrá lugar en el club privado gay The Ring (Calle Amparo 78, en el barrio de Lavapiés) y, por normas del local, que es nudista, el acceso al mismo solo puede llevarse a cabo desnudo. 

Tenéis toda la información en https://spankchicosmalosscm.blogspot.com/2022/06/fans-of-hispanic-spanking-boys-meet-up.html Ojalá el encuentro sea un éxito y un precedente.

sábado, 2 de abril de 2022

El BDSM en la sexología mainstream: crítica de un vídeo de Gabriel J. Martín

El otro día un amigo me facilitó el enlace de este vídeo del youtuber Gabriel J. Martín, un sexólogo especializado en hombres gays, cuyo canal diría que es uno de los más populares dentro del mundo LGTBI. El vídeo trata sobre BDSM.

Os invito a verlo en primer lugar y a leer mi comentario a continuación; me parece muy interesante, porque se trata de un nombre bastante popular en la cultura LGTBI, totalmente alineado con el pensamiento dominante hoy en día en buena parte de los medios, y sirve como buen termómetro de cómo se está tratando la cuestión del BDSM y del sexo fetichista en los medios de comunicación mainstream, con sus luces y sus sombras, como vamos a ver.

 
Aciertos claros del vídeo
 
En primer lugar, es de agradecer que el señor Martín aporte una mirada sobre el BDSM muy despatologizadora y que considere absurdo que todavía haya quien piense que las personas que practicamos BDSM tenemos un trastorno mental, un trauma infantil, que nos pegaban de pequeños y todas las tonterías que la sexología mainstream decía hasta hace unos 20 o 25 años.

Por otra parte, hace énfasis en que se trata de prácticas consensuadas y disfrutadas por ambos participantes, aunque puedan resultar chocantes o asustar desde fuera. Y además aborda el tema con desenfado y con mucho humor (más que yo, probablemente, pero es que cada uno es como es), y todo lo que sea desdramatizar es siempre positivo.

Aciertos pero con matices. Sí, pero

Martín saca a colación varios estudios recientes que dan una visión positiva del BDSM y de cómo puede calmar la ansiedad y aportar bienestar psicológico; eso es cierto y está bien mencionarlo. Pero al mismo tiempo obvia el hecho de que los investigadores que aportan estos puntos de vista son más bien "outsiders" que se encuentran un tanto en los márgenes de la cultura científica dominante representada por la OMS o la Sociedad Norteamericana de Psiquiatría, donde siguen hablando de los trastornos de sadismo sexual y de masoquismo sexual
 
El BDSM se encuentra todavía en un proceso de despatologización por parte de la ciencia oficial, es decir, de dejar de ser visto como una enfermedad; ese proceso va avanzando y hay razones para el optimismo, pero aun no ha concluido, como analizaba en otro post.  Lo que ocurre es que alguien que aspira a tener un gran número de seguidores y a integrarse en el mainstream, como este youtuber, no puede permitirse hacer críticas a las instituciones científicas en una sociedad en la que hemos convertido a la ciencia en una religión cada vez más intolerante.
 
Por otra parte, Martín parece estar blanqueando en cierta medida el BDSM para hacerlo más digerible para el gran público, y limando aristas incómodas. Cuando dice que a un sumiso no le excita que un borracho le orine encima por accidente, o que su jefe le dé dos bofetadas en la oficina, esto es cierto, claro, pero no deja de suponer reducir a una caricatura algo que en realidad tiene más matices: escenas de la vida cotidiana, como puede ser contemplar una actitud autoritaria o sumisa, tanto si va en broma como si va en serio, en alguien que nos cruzamos por la calle, en un local público, o que vemos en una obra de ficción, pueden ser desencadenantes del deseo para un amante del BDSM, sobre todo si quienes tienen estas actitudes son personas que encontramos físicamente atractivas. Los fetichistas sexualizamos comportamientos que para la mayoría no tienen o no deberían tener un componente sexual. 

Desmentir la caricatura del sumiso como alguien a quien le gusta que el primero que pase le vaya dando tortas por la calle está bien, pero, por ejemplo, a lo mejor a un sumiso sí le puede excitar ligeramente que un agente de policía atractivo se dirija a él de manera un tanto autoritaria, incluso aunque al mismo tiempo esta actitud le desagrade por otro lado. El BDSM es un lado oscuro del deseo en el que muchas veces se mezclan emociones contradictorias. No obstante, puedo entender que un vídeo breve que no va dirigido a público especializado tampoco profundice tanto.

La desinformación asoma

Donde creo que sí se puede decir que patina este vídeo es en la relación que establece entre 2 fetiches diferentes como son el BDSM y el guarreo. Hay amantes del BDSM que no nos sentimos atraídos por olores corporales fuertes y, viceversa, existen muchos amantes del guarreo, de la excitación sexual a partir de olores y de fluidos corporales, a los que no les interesa el BDSM. 
 
Por supuesto, el vídeo identifica también, en su portada y en el atuendo del youtuber, el fetiche del cuero con el BDSM, que ya he explicado un montón de veces que son también fetiches independientes. Esto ya lo daba por hecho tratándose de un canal gay mainstream, pero lo de asociar también BDSM y guarreo ya supone dar un paso más en esa idea de que, si te gusta un fetiche, entonces te gustan todos los fetiches.

Pero el elemento que más puede llevar al despiste del vídeo y que, en mi opinión, lo descalifica en gran medida, poniéndolo más del lado de la desinformación que de la divulgación, es que Martín está dando una visión del BDSM como preliminar al sexo, como medio de calentarse para luego "ponerse a follar". Está pasando por alto lo que es la sexualidad fetichista y lo que es realmente la pulsión por el BDSM como práctica sexual en sí misma, no como preliminar a una penetración.

Para la cultura gay mainstream, el BDSM es aceptable, pero solo como un preliminar o un complemento a la penetración, que sigue siendo la única sexualidad válida. Este planteamiento podría haber sido innovador hace veinte años, pero hoy en día es más bien un tanto carca y no le va a ser de mucha utilidad a una persona que sienta una gran atracción por el BDSM, que no lo vea como un complemento a la penetración, sino como una práctica central en su sexualidad, y que sienta cierto malestar por ello. 
 
Creo que este vídeo no va a servir a una persona realmente fetichista para dejar de verse como un bicho raro, o al menos no lo suficiente. Teniendo en cuenta que no viene de un aficionado sino de un profesional que conduce terapias para la solución de problemas sexuales, deja en evidencia que sigue siendo necesario que tanto la sexología como la cultura LGTBI dominante abran su mente, se informen con menos prejuicios y le den una vuelta a cómo abordan el tema de los fetiches en general, y del BDSM en particular.