martes, 29 de noviembre de 2016

Qué significa ser amo o sumiso

Sin querer imponer para nada mi punto de vista ni decir lo que se debe o no se debe hacer, sí que uno de mis objetivos en el blog es aclarar qué es la dominación y la sumisión a lectores que seguramente fantasean con el tema o les resulta atractivo o morboso pero no tienen muy claro en qué consiste. Y para quien sí tenga experiencia, leer el punto de vista de otro espero que sea de interés como reflexión o incluso para abrir un poco de debate si alguien quiere hacer comentarios. Lo cierto es que a los amos a veces no nos queda más remedio que ser autodidactas y el intercambio de experiencias y opiniones con otros amos o con sumisos viene muy bien, o eso creo al menos.


Lo primero, antes de intentar dar una definición de lo que es la dominación y la sumisión, creo que lo más sencillo es acotar el terreno explicando qué no es y cuál es la diferencia con otras prácticas o tendencias.

Empezaría por decir que es diferente ser dominante que ser (muy) activo y ser sumiso que ser (muy) pasivo. Ser activo cañero o ser pasivazo es muy respetable, pero ser sumiso no es que te guste que te  insulten mientras te penetran o que te lo hagan duro. O al menos no lo es si todo se queda en eso y los roles no salen de lo estrictamente sexual, de lo genital de hecho. Incluso, aunque no es frecuente, existen amos pasivos que se hacen penetrar por sus esclavos mientras estos están atados. Y hay otros amos que no penetran a sus esclavos porque prefieren otras prácticas sexuales o porque la penetración la reservan para su pareja, o que se limitan a juegos fetichistas sin ningún tipo de contacto sexual. Por lo tanto ser amo y ser activo no son en principio ni lo mismo ni siquiera sinónimos, aunque suelan coincidir en muchos casos las dos tendencias en la misma persona.

Se es dominante o se es sumiso cuando el rol se emplea no solo para la actividad sexual sino para todo el juego previo, y sobre todo cuando ese juego previo tiene valor no solo como preámbulo para un polvo sino en sí mismo; de hecho diría que esto último es el primer punto clave.


Y que te gusten prácticas fetichistas de d/s o de s/m, como que te den azotes, te aten, te insulten o te meen encima, tampoco te convierte automáticamente en un sumiso si no están vinculadas con la adopción de un rol sumiso, de ceder el control, entregarse y dejarse llevar, que sería el otro elemento clave del asunto. Me ha ocurrido a veces tratar con sumisos que querían ser azotados o atados pero su actitud no era para nada sumisa, sino que establecían cómo, cuándo, con qué y prácticamente qué palabras debe pronunciar el amo mientras hace cada cosa. Es decir, el presunto sumiso en realidad está llevando el control y conviertiendo al amo en su juguete, mientras que debería ser al contrario.



Por último, no es lo mismo dominante que sádico ni sumiso que masoquista, y por lo tanto no es igual el d/s (dominación / sumisión) que el s/m. Aunque los sádicos son dominantes y los masoquistas son sumisos, no siempre ocurre al contrario; los sádicos y los masoquistas disfrutan con el dolor, que es su objetivo y lo principal para ellos; sin embargo el dolor, aunque puede tener o no un papel importante, en la dominación es más un medio que un fin, no es lo principal e incluso puede estar reducido a veces una mínima expresión, siendo el juego de rol el principal protagonista.

Otro día  me paro más en el tema de los juegos de rol, que son la base de la dominación y la sumisión, me gusta ir poco a poco y no soltar mucho rollo a la vez. Espero que os gusten las fotos.

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