jueves, 28 de enero de 2021

Mi fetichismo con el deporte



Nunca he entendido a los gays que no les gusta ver el fútbol. 22 buenorros en pantalón corto que les marca el culazo y les deja las piernazas al aire (un culo y unas piernas estupendas, precisamente porque juegan al fútol), que se abrazan, se besan, se meten mano no pocas veces ... Un partido de fútbol es una fiesta, no doy abasto a todo lo que hay que ver; no puedo entender que alguien pueda aburrirse. No lo digo en broma, o al menos no totalmente en broma.

La ropa deportiva

Aunque muchos piensen que todos los amantes del BDSM tenemos atracción por la ropa de cuero y de goma, y viceversa, en mi caso para nada. No siento el menor morbo ante un tio vestido de cuero ni de goma, ni me lo produce el tacto del material. Pero sí es cierto que los fetiches casi nunca vienen solos; la mayor parte de los amantes del BDSM tienen sus preferencias con la ropa: en mi caso no van hacia cuero ni goma pero sí me encantan los uniformes, los trajes y / o las prendas digamos clásicas, y la ropa deportiva, que es en lo que me voy a centrar hoy.

 



El fetichismo de la ropa de deporte es fácil de entender, supongo: es ropa muy ligera, que dibuja el cuerpo, que favorece el roce y que es muy sensual, tanto llevarla uno como vérsela puesta a un sumiso. 

Naturalmente hay mucha variedad de deportes y de ropa deportiva. Mis preferencias van hacia los chandals, la ropa de fútbol, de rugby, los maillots de ciclista y los de lucha. Naturalmente los maillots no son para llevarlos yo sino solo para verlos en otros chicos; y en chicos delgados además, porque si no no favorecen nada. Para chicos que tienen cuerpos más recios, mejor la ropa de fútbol o de rugby.


 

Por supuesto el mundo del deporte es un clásico del porno, pero una vez más explico la diferencia entre el sexo vainilla y el fetichismo: en una película porno vainilla el uniforme deportivo solo va a durar puesto un minuto, y el vestuario y las duchas van a ser un escenario para un polvo. El fetichista en cambio disfruta viendo el partido y la interacción entre los jugadores.

La erótica del deporte

A partir de aquí ya dejo lo que es el fetichismo del deporte y de llevar ropa deportiva como práctica sexual, y me centro en el placer voyeur de ver acontecimientos deportivos y todo lo que rodea al deporte, ya sea amateur o profesional.

En primer lugar está lo más evidente, las escenas de vestuario. 


 

Luego las de masaje. El placer de dar o recibir un masaje es casi un fetichismo independiente.

Tampoco podemos olvidar las escenas eróticas accidentales. Descuidos, enganchones o accidentes que desnudan al jugador.


 Y, casi lo que más me pone, los achuchones y palmadas cariñosas que los jugadores reciben de compañeros, entrenadores o del propio público.



 

Ranking de deportes eróticos

Particularmente no me ponen deportes como el baloncesto o el tenis; en el caso del baloncesto me resultan antieróticas las camisetas de asas y no tengo preferencia por tios tan altos. En el tenis, hay muy poco contacto entre jugadores y muy pocos de ellos me gustan físicamente. Tampoco la natación es lo mío, aunque entiendo el interés de algunos por los bañadores tipo slip que utilizan los profesionales.  Me centro en los que sí me ponen y sí me quedo a verlos si los encuentro en la tele, o los busco en YouTube o televisión a la carta.

5 - El fútbol

He empezado hablando de fútbol por ser el deporte más popular, pero, aunque tiene mucho erotismo, como ya he explicado, y disfruto viendo los partidos, no lo pondría en el número 1. 

En los deportes que vienen a continuación, ya aparte de toda la erótica del vestuario, los masajes, los abrazos y los azotes en el culo que da el entrenador, el deporte en sí es más homoerótico que el fútbol.

 


4 - El ciclismo

Me encantan los culottes de ciclista y los corredores culo en pompa encima de la bicicleta. Un pelotón de ciclismo visto desde atrás es todo un placer. Y, para los amantes de las piernas, pues evidentemente es el deporte rey en ese sentido.


3 - El rugby

Por desgracia en España no es un deporte muy popular, pero en otros países sí lo es. El erotismo de las melées es evidente y para quien le guste disfrutar de cuerpos anchos y recios y no le importa algún kilillo de más, es un placer.

La foto de cabecera de mi blog, por cierto, es de una iniciación en el vestuario a dos nuevos jugadores en un equipo de rugby. Aquí otra imagen de la misma sesión:


 

2 - La lucha grecorromana

Las agarradas entre los luchadores, vestidos además con esos maillots ajustados, convierten el visionado de torneos de lucha en una de mis aficiones favoritas. Además hay diferentes categorías para quien disfrute de cuerpos más menudos o más recios. Por si esto fuera poco, este deporte es mainstream en países como Irán, Georgia, Armenia, etc. donde, en mi opinión, están los hombres más guapos del mundo. 

En España existe la lucha leonesa, que no tiene color con la de estos países, pero no deja de tener su gracia.

De hecho la lucha es un fetichismo erótico, hay tios que quedan para luchar, a veces como juego preliminar al sexo o a veces por el placer de la lucha en sí.


1 - La lucha turca con aceite

No entiendo que este deporte no sea famosísimo en el mundo gay porque no concibo algo más homoerótico. Los jugadores, que son turcos, como decía antes de la región con los hombres más guapos del mundo, se embadurnan de aceite e introducen la mano dentro del pantalón del rival, que no lleva calzoncillos, para hacerlo caer, no sin antes darse una fiesta agarrando muslos, nalgas y testículos.




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