sábado, 2 de abril de 2022

El BDSM en la sexología mainstream: crítica de un vídeo de Gabriel J. Martín

El otro día un amigo me facilitó el enlace de este vídeo del youtuber Gabriel J. Martín, un sexólogo especializado en hombres gays, cuyo canal diría que es uno de los más populares dentro del mundo LGTBI. El vídeo trata sobre BDSM.

Os invito a verlo en primer lugar y a leer mi comentario a continuación; me parece muy interesante, porque se trata de un nombre bastante popular en la cultura LGTBI, totalmente alineado con el pensamiento dominante hoy en día en buena parte de los medios, y sirve como buen termómetro de cómo se está tratando la cuestión del BDSM y del sexo fetichista en los medios de comunicación mainstream, con sus luces y sus sombras, como vamos a ver.

 
Aciertos claros del vídeo
 
En primer lugar, es de agradecer que el señor Martín aporte una mirada sobre el BDSM muy despatologizadora y que considere absurdo que todavía haya quien piense que las personas que practicamos BDSM tenemos un trastorno mental, un trauma infantil, que nos pegaban de pequeños y todas las tonterías que la sexología mainstream decía hasta hace unos 20 o 25 años.

Por otra parte, hace énfasis en que se trata de prácticas consensuadas y disfrutadas por ambos participantes, aunque puedan resultar chocantes o asustar desde fuera. Y además aborda el tema con desenfado y con mucho humor (más que yo, probablemente, pero es que cada uno es como es), y todo lo que sea desdramatizar es siempre positivo.

Aciertos pero con matices. Sí, pero

Martín saca a colación varios estudios recientes que dan una visión positiva del BDSM y de cómo puede calmar la ansiedad y aportar bienestar psicológico; eso es cierto y está bien mencionarlo. Pero al mismo tiempo obvia el hecho de que los investigadores que aportan estos puntos de vista son más bien "outsiders" que se encuentran un tanto en los márgenes de la cultura científica dominante representada por la OMS o la Sociedad Norteamericana de Psiquiatría, donde siguen hablando de los trastornos de sadismo sexual y de masoquismo sexual
 
El BDSM se encuentra todavía en un proceso de despatologización por parte de la ciencia oficial, es decir, de dejar de ser visto como una enfermedad; ese proceso va avanzando y hay razones para el optimismo, pero aun no ha concluido, como analizaba en otro post.  Lo que ocurre es que alguien que aspira a tener un gran número de seguidores y a integrarse en el mainstream, como este youtuber, no puede permitirse hacer críticas a las instituciones científicas en una sociedad en la que hemos convertido a la ciencia en una religión cada vez más intolerante.
 
Por otra parte, Martín parece estar blanqueando en cierta medida el BDSM para hacerlo más digerible para el gran público, y limando aristas incómodas. Cuando dice que a un sumiso no le excita que un borracho le orine encima por accidente, o que su jefe le dé dos bofetadas en la oficina, esto es cierto, claro, pero no deja de suponer reducir a una caricatura algo que en realidad tiene más matices: escenas de la vida cotidiana, como puede ser contemplar una actitud autoritaria o sumisa, tanto si va en broma como si va en serio, en alguien que nos cruzamos por la calle, en un local público, o que vemos en una obra de ficción, pueden ser desencadenantes del deseo para un amante del BDSM, sobre todo si quienes tienen estas actitudes son personas que encontramos físicamente atractivas. Los fetichistas sexualizamos comportamientos que para la mayoría no tienen o no deberían tener un componente sexual. 

Desmentir la caricatura del sumiso como alguien a quien le gusta que el primero que pase le vaya dando tortas por la calle está bien, pero, por ejemplo, a lo mejor a un sumiso sí le puede excitar ligeramente que un agente de policía atractivo se dirija a él de manera un tanto autoritaria, incluso aunque al mismo tiempo esta actitud le desagrade por otro lado. El BDSM es un lado oscuro del deseo en el que muchas veces se mezclan emociones contradictorias. No obstante, puedo entender que un vídeo breve que no va dirigido a público especializado tampoco profundice tanto.

La desinformación asoma

Donde creo que sí se puede decir que patina este vídeo es en la relación que establece entre 2 fetiches diferentes como son el BDSM y el guarreo. Hay amantes del BDSM que no nos sentimos atraídos por olores corporales fuertes y, viceversa, existen muchos amantes del guarreo, de la excitación sexual a partir de olores y de fluidos corporales, a los que no les interesa el BDSM. 
 
Por supuesto, el vídeo identifica también, en su portada y en el atuendo del youtuber, el fetiche del cuero con el BDSM, que ya he explicado un montón de veces que son también fetiches independientes. Esto ya lo daba por hecho tratándose de un canal gay mainstream, pero lo de asociar también BDSM y guarreo ya supone dar un paso más en esa idea de que, si te gusta un fetiche, entonces te gustan todos los fetiches.

Pero el elemento que más puede llevar al despiste del vídeo y que, en mi opinión, lo descalifica en gran medida, poniéndolo más del lado de la desinformación que de la divulgación, es que Martín está dando una visión del BDSM como preliminar al sexo, como medio de calentarse para luego "ponerse a follar". Está pasando por alto lo que es la sexualidad fetichista y lo que es realmente la pulsión por el BDSM como práctica sexual en sí misma, no como preliminar a una penetración.

Para la cultura gay mainstream, el BDSM es aceptable, pero solo como un preliminar o un complemento a la penetración, que sigue siendo la única sexualidad válida. Este planteamiento podría haber sido innovador hace veinte años, pero hoy en día es más bien un tanto carca y no le va a ser de mucha utilidad a una persona que sienta una gran atracción por el BDSM, que no lo vea como un complemento a la penetración, sino como una práctica central en su sexualidad, y que sienta cierto malestar por ello. 
 
Creo que este vídeo no va a servir a una persona realmente fetichista para dejar de verse como un bicho raro, o al menos no lo suficiente. Teniendo en cuenta que no viene de un aficionado sino de un profesional que conduce terapias para la solución de problemas sexuales, deja en evidencia que sigue siendo necesario que tanto la sexología como la cultura LGTBI dominante abran su mente, se informen con menos prejuicios y le den una vuelta a cómo abordan el tema de los fetiches en general, y del BDSM en particular.

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