jueves, 19 de noviembre de 2020

Cómo saber si eres fetichista

 

He dicho otras veces que cualquier amante del BDSM es fetichista, pero que existen otros fetichismos ajenos al BDSM, aunque todos los que se me ocurren son compatibles con él.

Fetichismo vs Vainilla

También he definido en varios post el fetichismo, o el sexo fetichista, como lo contrario al sexo vainilla, sexo convencional o sexo mainstream. Pero más que lo contrario sería un concepto del sexo diferente: el sexo vainilla o mainstream se basa en la penetración, y considera que los otros juegos eróticos son preliminares para favorecer la penetración, mientras que el sexo fetichista se centra en alguno de esos otros juegos y es la penetración la que pasa a ser algo accesorio. 

Ese fetiche puede ser una parte del cuerpo distinta de los órganos sexuales (pies, sobacos), un tipo de ropa (cuero, goma, trajes, ropa de deporte), un rol (esclavo, amo, bebé adulto, cachorro o puppy) o un juego de humillación (ser usado, ser atado, ser azotado, ser pisado, que te orinen encima, que te echen cosas pringosas encima, etc.). Es evidente la vinculación entre el BDSM y muchos de estos fetiches, aunque no necesariamente con todos. 

Digamos que ser fetichista es sentirte muy atraído por algo que para la mayoría de la gente es inocuo o incluso desagradable, o que, como mucho, algunos más "abiertos" o más "pervertidos" consideran como un juego preliminar al sexo. Pero para nosotros no es ningún preliminar, es el centro de nuestra sexualidad.

Naturalmente estos dos conceptos del sexo no son incompatibles: algunas personas disfrutan de ambos, teniendo a veces relaciones sexuales convencionales y otras veces disfrutando de prácticas fetichistas, o incluso mezclándolas con la misma pareja y en el mismo momento. Así que más que una dicotomía entre personas fetichistas y personas vainilla, podemos hablar de un continuo en el que algunas personas estarán más inclinadas hacia un extremo y otras más hacia el otro. Un poco como lo que algunos consideran que ocurre con la homo y la heterosexualidad. 

Mi duda es si, tal como ocurre con la homo y la heterosexualidad, la mayoría de la población se decanta mucho más hacia un lado que hacia el otro, o si en el caso del fetichismo hay más gente que se sitúa en posiciones intermedias. Mientras no se levanten el tabú y el estigma que recaen sobre el sexo fetish no vamos a saberlo.

Pero, ¿fetichista no es el que le gustan los asiáticos o los rubios o los bajitos?

Luego está lo que se suele llamar también fetichismo, pero en un sentido diferente al que estamos describiendo aquí, que es cuando se tiene una preferencia por un tipo determinado de chicos a la hora de buscar parejas sexuales: cuando se buscan preferentemente, o a veces exclusivamente, chicos altos, bajos, rubios, morenos, de una raza determinada, con un tipo de cuerpo determinado, con tatuajes, etc. 
 
Algunas veces, cuando estas preferencias son poco frecuentes, como en el caso de quienes buscan hombres de mucha mayor edad que ellos, o chicos con obesidad, pueden parecer igual de inconfensables que los fetichismos de los que estamos hablando; pero yo diría que no dejan de estar dentro del sexo mainstream, sobre todo teniendo en cuenta que algunos de estos "fetichismos", como la preferencia por los chicos jóvenes, por los penes muy grandes, o por los cuerpos de gimnasio, constituyen la sexualidad dominante y hegemónica.

¿Entonces yo soy fetichista?

La cuestión es: ¿cómo puedo saber si mi sexualidad es mucho, algo o poco fetichista? En primer lugar, los vainilla no se hacen preguntas sobre su sexualidad, y ni siquiera conciben que haya diferentes maneras de disfrutar la sexualidad, más allá de ser hetero o ser gay, y de ser activo o ser pasivo. Así que si sospechas que hay algo "raro" o poco habitual en tu sexualidad, es un indicio de que probablemente no eres 100 % vainilla.

Aunque, por el otro lado, si tienes una sexualidad muy fetichista, tampoco vas a tener muchas dudas al respecto porque desde siempre sabes que tú te excitas con esa práctica, o esa ropa, o ese rol tan particular y que tu sexualidad se basa en eso. Eso ocurre sobre todo si tienes un único fetiche, como por ejemplo el spanking, el bondage o el cuero. Así que, si tienes dudas, es o bien porque no tienes un fetiche específico, sino que tal vez puedes disfrutar de una mezcla de varios, o bien porque, aunque tienes un componente fetichista que deberías explorar, tu sexualidad es más bien vainilla.

Teniendo esto en cuenta, vamos a dar una serie de pautas para averiguar cuánto tienes de fetichista. Podría hacerlo al estilo de los test de las revistas, dando diferentes opciones de respuesta y asignando una puntuación a cada uno, pero creo que no valgo para los mass media:

1 - ¿En qué te fijas cuando ves un tío por la calle?

Respuesta sincera, y no de postureo, por favor; lo de me fijo antes que nada en los ojos todos sabemos que es mentira. 

Alguien vainilla se fijará en los músculos e intentará, si tiene ocasión de mirar con algo de disimulo, calcular cual es el tamaño del paquete, o bien se girará y le mirará el culo, y le encantará que lleve ropa apretada. Y los fetichistas también nos fijamos en esto, claro; la diferencia es que podemos prestar también mucha atención y nos puede hasta dar un calentón observando detalles como las orejas de un chico, la nuca, los pies, un cinturón de cuero, los pantalones de goma de un motero, u otros muchos detalles anodinos para la mayoría de la gente que ni se me ocurren, porque la variedad de fetichismos puede ser infinita.



 

Hay elementos intermedios, que sin llegar a ser fetish se salen de la sexualidad más convencional, como tener preferencia por chicos que lleven perilla (la barba es tan mayoritaria que ya no cuenta), tatuajes, pendientes o aros.

2 - ¿Cuáles son tus primeros recuerdos sexuales?

No hablo de tu primera experiencia sexual como adulto, sino de tu primer recuerdo erótico de la infancia. Muchos vainilla hablarán de algún compañero del colegio que les parecía muy guapo, algún niño hijo de amigos de sus padres que les manoseó jugando a alguna cosa, o algún adulto que les besaba en la mejilla y les resultaba agradable, etc. Pero, para que os hagáis una idea de qué es ser fetichista, en mi caso mis primeros recuerdos eróticos son sentir una emoción arrebatadora e imposible de describir cuando veía con 6 o 7 años escenas de niños que recibían azotes en dibujos animados, de vaqueros atados en películas del oeste, de secuestros en películas de espías, etc. Naturalmente mucho antes de saber lo que era el sexo, tener una erección o ser gay. 


Aquí se me ocurren también opciones intermedias, como puede ser haber descubierto la excitación sexual espiando, o viendo por casualidad, a adultos o a chicos mayores mientras se cambiaban de ropa.

3- ¿Sexualizas situaciones de la vida cotidiana?

Alguien vainilla disfruta mirando por el rabillo del ojo en el vestuario del gimnasio cuando el de al lado se cambia o se va a la ducha, o en la playa nudista.

Vale, los fetichistas también. Pero a lo mejor nos gusta todavía más ver una intervención policial con agentes de uniforme, o un partido de algún deporte en el que haya contacto de cualquier tipo entre los jugadores, o disfrutamos con una revisión médica, o con el cacheo de un guardia de seguridad en el aeropuerto o a la entrada de un concierto. Y no necesariamente porque el policía, los jugadores, el médico o el segurata estén muy buenos, sino por la situación en sí.

Algo intermedio es ir por la calle y, si no tenemos mucha prisa y nos topamos con un chico guapo haciendo deporte, pues pararnos un ratillo a contemplar imágenes como la que he puesto de gancho al comienzo del artículo. Os pongo otras del mismo chico; son lo que los anglosajones llaman "candid pictures", y se sitúan en esa delgada línea entre el fetichismo y el sexo convencional:


4- ¿Qué tiene que hacer un chico para ponerte a cien?

Desde el punto de vista de un fetichista, en el sexo vainilla no existe la sutileza: a la hora de entrar en acción, un vainilla te besa metiéndote la lengua hasta el esófago o directamente empieza a sobarte el paquete. Si vienes de una situación neutra, es decir, no estas excitado previamente, te hacen esto y te pones a cien, eres vainilla. Si que te hagan esto es un turn-off porque te excitas de una manera bastante diferente, es probable que tu sexualidad sea como mínimo parcialmente fetichista.

Cuando quedo con un sumiso, es bastante fácil saber si tiene una sexualidad al menos parcialmente fetichista si, cuando le doy un par de órdenes o lo pongo en una determinada postura, esto le excita. O si le pone llamarme "señor" o "amo". Si cuando les mando simplemente que pongan las manos en la nuca y bajen la mirada en señal de respeto al amo esto les provoca una erección, sé que el juego BDSM va a salir muy bien. Si al decirles esto les da la risa, y solo les produce una erección cuando les manoseo el culo o el paquete, pues son chicos vainilla que están probando la sumisión por curiosidad o por turismo sexual, pero no es lo suyo.

5- ¿Qué porno ves para excitarte?

Dejo para el final lo más obvio. Si el porno mainstream te aburre, puede ser un indicador de que tu sexualidad tiene un componente fetichista. Pero ojo porque puede ser que simplemente estés tan saturado de ver porno que estés buscando algo diferente para variar (lo que yo llamo turismo sexual). La clave es si el componente fetichista (la ropa de cuero, los azotes, la humillación, etc.) es un preliminar en la escena para luego dar paso a la penetración, o si es el eje de la escena. ¿Cuánto tiempo dura la parte fetish y cuanto la penetración en el porno que te gusta?

Creo que estas 5 preguntas pueden ayudarte a conocer un poco más tu propia sexualidad. Pero si se os ocurren otras o si tenéis sugerencias, no dudéis en contactarme.

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